El correo electrónico en la actualidad es una de las mejores herramientas de comunicación que existen. Probablemente, si el email no existiese, sería prácticamente imposible llevar a cabo todas las tareas que se realizan todos los días, es más, si no tuviéramos disponible este modalidad, lo más probable que la carretera por la que se desplaza el correo electrónico todavía no se hubiera desarrollado al nivel al que se encuentra ahora.

Básicamente, para que el correo electrónico funcione de la manera en que lo esperamos, son necesarios ciertos mecanismos, sin los cuales sería imposible enviar o recibir emails. Entre estos, se destacan los protocolos SMTP (Simple Mail Transfer Protocol) o Protocolo Simple de Transferencia de Correo, el POP3 (Post Office Protocol) o Protocolo de Oficina Postal y el IMAP (Internet Message Access Protocol) o Protocolo de acceso a mensajes de internet.

Estos tres protocolos son los encargados de que cada pieza de correo electrónico llegue a su destino sin ninguna clase de problema. En este sentido, SMTP es el protocolo encargado de enviar y recibir, es decir de realizar la transferencia de todos los mensajes de correo electrónico.

Por otra parte, tanto el protocolo IMAP como el protocolo POP3, la más reciente versión de POP, son los encargados de almacenar todo el correo hasta que este sea leído, luego de haber sido recibido mediante el protocolo SMTP.

SMTP: El camión del correo

En la actualidad, la mayor parte del correo es distribuido mediante el protocolo SMTP, el cual fue desarrollado a principios de los 80; no obstante su avanzada edad aún sigue siendo considerado como fiable.

Sin embargo, este protocolo observa ciertas falencias, siendo una de las más importantes la imposibilidad de verificar si el remitente de un correo electrónico es legítimo o no. Este problema tiene su origen en su antigüedad, ya que en el momento que se creó SMTP no existía ni el spoofing ni el spam.

Si bien se están haciendo constantes mejoras para mejorarlo, lo cierto es que todavía no se ha logrado algo concreto y bien seguro.

POP3 e IMAP: El buzón de correos

Diseñado a mitad de la década del ’80, el protocolo POP, más precisamente la tercera versión del mismo, es el estándar actual para el almacenamiento y gestión de todo el correo electrónico. POP3 le permite a los usuarios el acceso a un servidor de correo desde el lugar en que se encuentre, desde donde podrá leer los mensajes o almacenarlos de modo offline en la computadora, para poder consultarlos aun cuando no se encuentre conectado a Internet.

En relación al protocolo IMAP, este es mucho más avanzado que POP3, ya que permite, entre otras ventajas, gestionar más de una bandeja de entrada. La principal diferencia entre ambos protocolos es que en el caso de IMAP todas las acciones relacionadas con los mensajes, es decir leerlos, moverlos o eliminarlos se realizan directamente en el servidor, mientras que con el protocolo POP esas mismas acciones se realizan de forma local, es decir en la computadora, ya que de forma predeterminada este estándar descargará todos los mensajes a nuestra PC ni bien se conecta.

Fuente: http://tecnologia-facil.com/como-usar/diferencia-smtp-pop3-imap/

 


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